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Los estudiantes tuvieron que adaptarse al cambio de colegio a través de plataformas virtuales. Foto: Cortesía.


La pandemia por la Covid-19 sacudió la estabilidad de las familias ecuatorianas durante este 2020 que está pronto a terminar. En medio de las secuelas sociales y de salud que ha dejado el virus, el ámbito económico es otro de los sectores más condicionados en esta época. Tanto a nivel individual como colectivo, la alteración a los bolsillos de los ciudadanos provocó varias decisiones a rajatabla.


“Yo perdí mi trabajo y mi esposo fue despedido. A pesar de que la pensión del colegio donde estudiaba mi hijo costaba 15 dólares, ya no nos alcanzaba para sobrevivir”.

Este es el caso de Alexandra Sinchi. Ella, junto a su esposo y su hijo Juan, tuvieron que dejar la ciudad de Cuenca y volver a su hogar en la parroquia Sinincay (provincia de Azuay). La mensualidad correspondiente al departamento que alquilaban fue insostenible y mantener el pago de la pensión escolar ya no era una opción viable.


Al igual que muchas otras, esta familia forma parte de las cifras que reflejan el incremento porcentual de casos de desempleo durante este año.


Según los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) a través de la Encuesta Nacional de Empleo, Subempleo y Desempleo (Enemdu), la tasa de la última categoría mencionada se incrementó en 1.7 puntos a nivel nacional. Con fecha de corte hasta septiembre de 2020 y, en comparación con el mismo mes del año pasado, los casos de ciudadanos desempleados registrados se ubican en 6.6% versus el 4.9% catalogado en 2019.


Según declaró Diego Andrade, director ejecutivo del INEC, en la presentación de estas cifras el 15 de octubre, el índice registrado en septiembre es considerablemente menor al que se registró tres meses antes. En ese momento, el porcentaje de desempleo llegó a 13.3%.


No obstante, el índice actual indica que al menos 520.000 personas no tienen empleo.


 

¿Cómo se vio afectado el sector educativo?


A pesar de haya quien tome la disminución del índice de desempleo entre junio y septiembre como algo positivo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) esta situación se mantendrá de la misma manera hasta que la pandemia llegue a su fin.


Tomando en cuenta esa situación, este medio realizó un seguimiento a cinco familias de distintas ciudades ecuatorianas -Quito, Guayaquil y Cuenca- para conocer su realidad actual. En todos los casos la afectación económica llevó a la decisión de que la instrucción educativa de sus hijos pase de particular a fiscal.


Además de los seis estudiantes presentes en estas cinco familias, estadísticas del Ministerio de Educación demuestran que otros 198.965 alumnos migraron de instituciones particulares a fiscales para el año lectivo 2020-21.


Sin embargo, según la viceministra de Educación, Isabel Maldonado, la posibilidad de que ese número se incremente es alta.


“El periodo de inscripciones extraordinarias está activo en la región Sierra hasta enero de 2021. Hasta esa fecha, cualquier estudiante puede registrarse para cumplir con el segundo quimestre”, menciona Maldonado.




Hasta el momento, el traslado de estudiantes a instituciones educativas fiscales ha producido que la inscripción de alumnos en estos colegios se incremente en un 6.6% (225.704 casos) a nivel nacional.


Para el año lectivo 2019-20, el Ministerio de Educación registró 3 '205.747 alumnos inscritos en colegios fiscales. Mientras que para este periodo, esa cifra llega hasta los 3 '430.451 estudiantes. Esto deja entrever que los alumnos de instituciones fiscales contemplan el 77% del número total de inscritos en el sistema educativo escolar 2020-21.


Por otro lado, los colegios particulares tuvieron un descenso importante en la cantidad de estudiantes inscritos con respecto al año 2019-20. En ese periodo, el Ministerio de Educación entregó una cifra de 842.354 alumnos. Mientras que en la actualidad hay 767.952 registrados. De todos quienes desertaron estas instituciones, el mayor número corresponde a aquellos pertenecientes al régimen Sierra, 43.563 traspasos.


Quito, Guayaquil y Cuenca

El régimen Costa es el sector con más casos de traspasos de colegios privados a públicos. Este medio hizo un análisis específico sobre el estado de la situación en las tres principales ciudades del país. Tan solo Guayaquil representa el 21% del número total de casos.








Al igual que los datos recopilados a nivel nacional y por régimen educativo, algunas instituciones educativas también notaron una variación considerable en su registro de nuevos estudiantes provenientes de colegios particulares.


Lilian Garófalo, rectora del Colegio Experimental ‘24 de Mayo’ de Quito, indicó que la inscripción de estudiantes provenientes de colegios privados se incrementó casi en un 400% comparado a lo registrado el año pasado. Según la rectora, el mayor porcentaje de esta población de nuevos alumnos tuvo una prevalencia en los tres últimos niveles de educación general básica, es decir, 8vo, 9no y 10mo.


Esa tendencia se mantuvo en la Unidad Educativa del Milenio Ileana Espinel Cedeño. La institución ubicada en Guayaquil tuvo un aumento de cuatro a 23 estudiantes registrados en los tres primeros años de colegio. Mientras que en la etapa de bachillerato, las cifras para el año 2020-21 se mantuvieron igual a las de su precedente.


En Cuenca, Diego Sánchez, rector de la Unidad Educativa Dolores Torres, dio a conocer que de 8vo de básica a 3ro de bachillerato se registraron 26 estudiantes procedentes de instituciones públicas. Sin embargo, no hubo información del año precedente.



 

Experiencia de pasar a otro colegio en la pandemia


Los hermanos José Luis y Erika Enríquez -16 y 13 años- viven una experiencia totalmente nueva en el Colegio Experimental 24 de Mayo. La delicada situación económica que arrastra su familia llevó a que tengan que cambiarse de institución para el actual periodo escolar.


Tenían dos opciones sobre la mesa: suspender los estudios un año o entrar a un colegio fiscal. Se decantaron por la segunda alternativa e ingresaron unas semanas después de iniciar clases, en el periodo extraordinario de inscripción.


“Al inicio fue complicado. José se lamentaba al ver cómo sus amigos juraban la bandera en su antiguo colegio mientras él estaba en uno nuevo donde no conocía a nadie. Estuvo así el primer mes pero se ha adaptado más rápido de lo que yo esperaba”, cuenta Sonia Araujo, madre del estudiante de 3ro de bachillerato.


Para José, el cambio más significativo en este proceso fue la metodología educativa que se lleva a cabo en los colegios fiscales, a pesar de la peculiaridad de las clases virtuales. “En mi antiguo colegio, la cantidad de estudiantes por aula eran 20 y máximo dos paralelos. Aquí en la clase sobrepasamos los 30 y hay como nueve paralelos”, señala.












La 'Jura a la Bandera' se llevó a cabo por plataformas virtuales. Foto: Ministerio de Educación


José se gradúa este año, así que su proceso de adaptación no fue tan complejo. Caso contrario a lo que vivió su hermana Erika, quien recién entró a noveno de básica. “Le dije -a Erika- que el dinero no nos daba para mantenerla en su anterior colegio. O entraba en un colegio fiscal o tendría que ver cómo no podríamos comprar comida ni pagar por la luz”, enfatiza Araujo.


En Cuenca, Maira Álvarez tuvo que retirar a su hijo Leonardo del jardín de infantes al cual frecuentaba. El centro educativo no mostró flexibilidad en el pago de las pensiones el año pasado y el rebajo económico establecido para el nuevo periodo tampoco fue de gran ayuda, según Álvarez. A raíz de eso, la madre de familia tomó la decisión de que su hijo de cinco años empiece su formación en la Unidad Educativa Fiscal Dolores Torres.


“Las dificultades monetarias empezaron desde finales del anterior año escolar. La escuela no aceptaba pensiones atrasadas a pesar de la delicada situación. Hablamos con Leonardo y le dijimos que entraría a una nueva escuela”, enfatiza Álvarez.


La modalidad virtual ayudó a que el pequeño estudiante de ‘inicial’ logre adaptarse a la nueva escuela. Según su madre, él no sintió la diferencia e incluso se siente muy a gusto con la educación impartida en la nueva institución.


“Tiene una buena relación con la profesora y logra desenvolverse bien a pesar de su edad. Es cierto que lo económico es lo esencial, pero con esta experiencia, si estamos considerando en que se mantenga en esta escuela”, explica la madre de Leonardo.

Tanto padres de familia como hijos han sufrido las secuelas de la pandemia por la Covid-19. Pero no solo ellos. La última imagen es de una de las aulas de la Unidad Educativa Ileana Espinel Cedeño retratada antes y durante los sucesos por la pandemia. De ser un lugar repleto y lleno de vida ahora es solo un espacio vacío. Las sillas y pupitres en todas las escuelas y colegios del país se mantienen vacías e imposibilitadas a ser frecuentadas por la comunidad educativa.


Con el calendario 2021 próximo a estrenarse, el aniversario de la pandemia en Ecuador llegará el 12 de marzo, poco más de dos meses de distancia. Mientras tanto, las instituciones educativas se mantendrán cerradas, a la espera de volver a contar con el calor de maestros, estudiantes y personal de apoyo.

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